jueves, 22 de noviembre de 2012

LA ESCUELA NUEVA DE COLOMBIA---- CULTURA Y PLURICULTURALISMO


La Escuela Nueva de Colombia, es un programa de educación laudable desde varios puntos de vista. Primero, se debe considerar el impacto que produce en la comunidad rural. Los niños aprenden partiendo del contexto en que se realizan los procesos educativos. Aprenden haciendo. Además, el impacto que tiene en la comunidad al impulsar el agro, es algo inusitado. Basta con imaginar un programa de educación que enseñe a los niños y a la comunidad entera a cuidar el medioambiente. Un programa que favorezca el aprendizaje considerando, en todo momento, las necesidades de cada alumno. Un programa que se adapta al tiempo y a las necesidades de los alumnos y de los padres (es decir, a sus condiciones particulares) es maravilloso.
Sin embargo, nuestro país no está preparado para un programa de tal naturaleza. De implementarse, sin duda se cometerían abusos de parte de la comunidad a los profesores o viceversa, habría escasez de profesores capacitados para implementarlo –o quienes se arriesguen a echarlo a andar. No existe la cultura adecuada para que se de un ambiente de respeto mutuo, conciencia sobre el papel de los padres, los alumnos y los profesores en los procesos educativos. 




Algunos dicen que El Salvador es un país culturalmente pobre, en comparación de otros países latinoamericanos. Sin embargo, ese tipo de afirmaciones es subjetivo. Para sustentar lo anterior, vayamos a la definición. Cultura es todo aquello que el ser humano produce mediante su actividad. ¿Qué producimos los salvadoreños? Tenemos nuestro realismo mágico. Tenemos nuestras propias creencias amalgamadas con las europeas y de los países vecinos, pero nuestras. Vivimos en un ambiente pluricultural en que las culturas interactúan entre sí. Pero nosotros tenemos tradicionales métodos agrarios, nuestro arte culinario envidiable. Tenemos un sistema de creencias y leyes propias que nos rigen. Tenemos elementos culturales que son propios. Entre estos, el uso de un lenguaje rico en expresividad, altamente estético, que nos hace distinguir del resto de países. No tenemos qué envidiar más que el progreso económico. Muchas veces, se juzga a nuestra cultura usando parámetros que no son los nuestros. Se compara a nuestro ambiente cultural con otros y ese es el error. Una cultura no debe, necesariamente, parecerse a la otra. Nuestra cultura está plagada de elementos materiales y espirituales que nos dotan de una identidad compleja: somos salvadoreños; somos laboriosos, somos personas dignamente cultas aunque de modo distinto.  

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